Uno de los grandes atractivos de Wellington y del resto de las ciudades neozelandesas es la cantidad de cafeterías por metro cuadrado de que presumen. Las hay de todo tipo y condición, desde las ya clásicas franquicias de grandes cadenas a los cafés pequeños de parroquia diaria.
En la mayoría de estos locales se sirven comidas a todas horas, del desayuno a la cena pasando por el moderno brunch -allí sí que es una práctica habitual-, los aperitivos de media mañana o los de media tarde. Vamos, que están habitados a todas horas.
El de las imágenes es el 'Ernesto', nombre que no dice mucho sin añadir que se encuentra en la calle Cuba de Wellington. Espectaculares tazones de frutas y cereales con yogurt, prensa diaria, música caribeña suave, amables camareras y el sol atravesando la enorme cristalera desde la que se observa el trasiego de la mañana en una de las calles más populares de la capital neozelandesa. Todo un descubrimiento.