Intentó, con toda la paciencia del mundo, explicarme, una y otra vez, las reglas básicas del juego. Disputa, cada sábado por la mañana, la liga local de Rotorua junto a su compañera de equipo. "Una manera como otra cualquiera de pasar el tiempo, disfrutar del aire libre y sentirse joven cuando uno ha superado ya las siete décadas de vida", me dijo.

Del juego apenas entendí que era parecido a una petanca en la que hay que golpear la pelota con una especie de mazo hasta completar un circuito. La charla, en cambio, fue un agradable intercambio de opiniones sobre nuestros respectivos países de origen.
Tres ociosos ciudadanos juegan al ajedrez en la plaza de la Catedral de la ciudad de Christchurch. Bueno, dos juegan y el enterado de turno opina sobre la siguiente jugada.

La ciudad es, posiblemente, la más inglesas de las urbes neozelandesas, y determinados rincones del centro urbano parecen sacadas de unas postal de las muy británicas Oxford o Cambridge, con sus canales surcados por góndolas, sus sauces llorones y sus inmensos jardines repletos de rosales y césped tan verde como el del Benito Villamarín.
Peter Jackson rodó la trilogía de 'El señor de los anilos' en Nueva Zelanda, su país. Para los seguidores de la saga, viajar hasta allí en busca de localizaciones donde se rodaron escenas de las tres películas no decepciona, entre otras cosas porque la superproducción no desaprovechó ni un kilómetro del inmenso plató natural en que se convirtieron ambas islas y es relativamente fácil encontrar algún paraje donde 'la compañía' puso sus pies. Hasta existe una guía con las coordenadas exactas donde se rodaron muchas de las escenas de la cinta, de tal manera que el friki de turno no tiene más que introducirlas en un gps y éste le llevará hasta el mismo lugar en que Frodo hizo esto o Gandalf hizo aquello otro.

El de arriba es el Ruapehu, uno de los tres volcanes que integran el
parque nacional de Tongariro, en la isla norte. En la película tuvo el privilegio de 'interpretar' el papel del Monte Doom, o lo que es lo mismo, el epicentro del mal en el reino de Mordor. La espectacular carretera nacional 1 bordea el parque y ofrece magníficas vistas de los volcanes.
A los adolescentes neozelandeses les preocupa su imagen. Como en todas partes, claro. Pero si eres 'kiwi' y maorí al mismo tiempo, no sólo te dejas llevar por modelos estéticos sacados de la última gala de la MTV. Quieres, además, mostrar que tu herencia es la de tu pueblo, la de los grandes guerreros que plantaron cara y armas a las sucesivas oleadas de invasores que arribaron a las costas del país.

El de la foto es uno de los alumnos maoríes de la academia de peluqería que la cadena 'Mr. Barber' tiene en Queen St., en pleno corazón comercial de
Auckland, la mayor ciudad del país. Qué mejor manera de practicar tus habilidades con la tijera que utilizando a tu compañero de clase como modelo.
¿Alguien se acuerda del padre Abraham, el de los pitufos? Pues eso, que años después de convertirse en estrella de la canción, allá por la década de los ochenta, ahora vive un retiro dorado, de manera anónima y dedicado a navegar por las plácidas aguas del fiordo de Milford Sound, en la isla sur.
- Todos ustedes, vigías, me han oido dar órdenes acerca de una ballena blanca. ¡Miren! ¿Ven esta orza española de oro?
Al decir estas palabras, el capitán Ahab levantó al sol una gran moneda resplandeciente. [...]
- ¡Aquel de ustedes que me anuncie una ballena de cabeza blanca, frente rugosa, y mandíbula torcida; aquel de ustedes que me anuncie esa ballena blanca, con tres agujeros abiertos en la aleta derecha de la cola... atención, aquel de ustedes que me anuncie esta ballena, y no otra, recibirá esta onza de oro, muchachos!.
'Moby Dick'. Herman Melville